5- CONSUMISMO




La siguiente enfermedad de la que voy a escribir es el consumismo, que no del consumo. Para 
diferenciar estos conceptos, diré que el consumismo se entiende por la compra o acumulación de 
bienes y servicios considerados NO ESENCIALES.
Con las industrializaciones, el fabricar se nos fue completamente de las manos. Pero es en el siglo
 XXI cuando este desarrollo ha empezado a ser preocupante hasta límites estratosféricos. Y es que
 se tiende a decir que la culpa es de capitalismo y de la publicidad.  Pero no. Y me odiaréis por deciros 
que la culpa es vuestra. Y mía. Y de vuestros padres. 
Es culpa de una sociedad que es consciente (a nivel total o parcial) de cómo está el mundo respecto al 
tema medio-ambiental. Y no hacemos nada porque no queremos. Se supone que somos el animal más
 desarrollado en todo el mundo, por eso lo que no me cuadra es que seamos nosotros los que vamos a 
acabar con el planeta. Activistas y científicos de todo el mundo llevan tiempo advirtiendo de lo peligroso
 que es el nivel de consumo que tenemos. Y las consecuencias que tiene se han tornado en numerosas
 catástrofes naturales.
Una de las frases que más se le ha criticado a la joven activista  Greta Thunberg es que el cambio
 empieza con acciones individuales. Según los que le critican (desde políticos y empresarios hasta la
 gente de a pie) los cambios deberían ser por medio de las grandes multinacionales, que son a su vez
 las que se están sacando el beneficio económico. Por lo que probablemente no van a dejar de hacerlo
 (algunas sí, hay gente con conciencia), por lo menos no hasta que haya más presión por parte de la
 ciudadanía.
Pero el cambio de consumo a nivel individual es un tema complejo, más aun en la sociedad en la que
 vivimos. Estamos acostumbrados a que nos den todo hecho. Hasta hay aplicaciones que te dicen
 cómo reciclar: tú mandas la foto de la cuestión, y te contestan con el contenedor idóneo. Pero no 
vamos a cambiar nuestro nivel de consumo, ni nos vamos a movilizar para que los de arriba nos
 escuchen y nos pongan las cosas más faciles. Cómo vamos a dejar de comer carne, con lo que nos
 gusta. Y cómo vamos a dejar de consumir de una manera tan despiadada, si lo único que tenemos
 para saciar nuestra vacía personalidad es intentar embutirnos en todo con lo que nos sintamos
 identificados. No lo necesitamos, y además estamos haciendo que el sistema no caiga. Y ya a nivel 
personal, modernos sin conciencia de clase, no me vendáis que vestís de barrio con zapatillas de 300
 euros, por favor y gracias.

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